Que a los niños les encante compartir espacio con otros niños no quiere decir que los cambiaría por sus padres, es decir, no los sustituiría por sus padres durante varias horas al día, sino que les gusta estar un rato juntos pero con mamá y papá presentes.
Nosotros mismos no nos adaptamos a un nuevo ambiente, y a nuevas personas en dos horas ni en dos días. Los niños tampoco. La finalidad del periodo de adaptación es que el niño vaya conociendo el nuevo entorno, su nueva cuidadora y sus nuevos amigos y amigas para que acabe sintiendo que está en un sitio seguro, incluso cuando su madre o padre no están con él.
Hay distintos casos de niños en periodo de adaptación, hay niños a los que les son suficientes un par de días, a otros un mes, y a otros incluso un año, las causas pueden ser varias; poca confianza, baja autoestima, demasiada dependencia hacia los padres, despedidas eternas, mostrarse ansiosos al recogerlos… estas son las más comunes y, por lo tanto, por las cuales a los niños les cuesta más trabajo adaptarse.
Podremos averiguar que el niño no se está adaptando adecuadamente cuando observamos que tiene retrocesos en su desarrollo, sufre trastornos de sueño, está triste gran parte del día, se muestra muy dependiente de sus padres o manifiesta cambios importantes en el carácter.
En Wonderland, cuando observamos un posible caso de no adaptación al centro o al entorno, recomendamos a los papás ante todo que no dejen de traer al pequeño a primeras de cambio ya que es muy probable que la adaptación se produzca en breve e interrumpiendo este proceso damos un pasito hacia atrás.
También es recomendable que los papás estén tranquilos, hablen al niño sobre sus compañeros, lo bien que lo van a pasar cuando vayan, lo mucho que lo quieren sus educadoras, etc… todo ello va creando confianza y un sentimiento positivo en el niño.
Una vez en el centro, es conveniente que al niño se le asigne una educadora que pueda estar más tiempo con él y dedicarle más atención, conseguiremos que se sienta más seguro y que progresivamente vaya interaccionando con los demás, ya que a menudo a estos niños les cuesta más trabajo mantener relación con otros pequeños. Además, realizamos con ellos actividades fijas y rutinas de modo que el niño pueda acostumbrarse al ritmo de trabajo habitual.
Algunas recomendaciones que os aconsejamos hacer serían, por ejemplo: principalmente que los papás estén tranquilos ya que, a veces, somos los propios adultos los que transmitimos ese nerviosismo, porque es inevitable para todos; preparar el terreno antes de ir a la guardería, respetar el periodo de adaptación del centro infantil, mostrar seguridad ante ellos, también es conveniente dejar que el niño lleve algún objeto al que le tenga aprecio, o que tenga el olor impregnado de casa; despedirnos siempre de él sin provocar despedidas eternas (si el niño ha entrado sin llorar, no volver para que nos dé otro beso, o interrumpirlo una vez ya está tranquilo en clase), no desaparecer cuando esté entretenido con algo ya que le creará inseguridad para la próxima vez; dedicarle todo el tiempo que podamos en casa, preguntar como lo ha pasado, qué ha hecho en el centro…etc.
Pero si hay algo que creemos más importante, eso es sin duda la comunicación, en Wonderland creemos mucho más que necesario crear un buen canal de comunicación fluida entre los padres y los cuidadores, tanto en la hora de entrada como la de salida del centro son buenos momentos para informar a la escuela de cualquier aspecto de relevancia que pueda afectar a la rutina del niño (si ha dormido menos, no ha comido, si está triste, etc.); también para preguntar sobre su evolución en la guardería u otras cuestiones de interés. Además de ello, como muchos ya sabréis, contamos con una aplicación Web mediante la cual estamos en contacto directo con los papis a tiempo real, a través de los mensajes y los reportes diarios estamos mucho más en contacto sobre las rutinas diarias de nuestros pequeños.