Inicio Blog La educación es cosa de dos

A medida que la escuela ha ido cambiando, también se han modificado las formas en las que se ha vinculado con la institución familiar, por lo que se ha visto afectada la relación padres – escuela.

Para llevar a cabo una educación integral del alumnado se necesita que existan canales de comunicación y la acción conjunta y coordinada de la familia y la escuela, sólo así se producirá el desarrollo intelectual, emocional y social del niño y la niña en las mejores condiciones.

En Wonderland tenemos la suerte de trabajar con ellos desde que prácticamente empiezan a tener uso de razón y es muy fácil si tenemos el apoyo de los padres moldearles para que sean capaces de gestionar sus emociones.

Esto último por muy básico que parezca, es algo que cada vez más se ve que es una de las asignaturas suspensas de los adultos. Ya que NO se enseñan cosas importantes como reaccionar a distintas situaciones, sean estas más positivas o menos.

Vivimos en una sociedad que no está acostumbrada a escuchar NO, o a querer darle una solución a los problemas antes de dejar al niño/a averiguar. Esto crea mucha frustración una vez el niño/a tiene que enfrentarse a situaciones cotidianas como es un ruptura emocional, no llegar a tener la nota que quiere para querer entrar en la universidad o ser rechazado en una entrevista de trabajo.

Por ello, es necesario y muy importante que haya una comunicación desde edades tempranas entre el centro y las familias, para poder trabajar conjuntamente.

¿Por qué es tan necesaria esa comunicación entre familia y escuela en edades tempranas?

Esta es una de las preguntas que se hacen muchos, personalmente como docente he conocido familias que quieren detalle al milímetro de todo lo que pasa y otros que mientras se haya solucionado el conflicto no tienen el tiempo para detenerse en ciertos aspectos como es su manera de afrontar la situación.

Todos estos detalles, por simples que parezcan son claves para el desarrollo del alumno, es ahí donde debe sentirse escuchado, libre, no juzgado y necesitará ayuda para poder guiarlo y que reaccione de la mejor manera. Es importante dejar que se equivoque, ya que esto le ayudará a buscar otra solución y no tendrá la necesidad de ser "perfecto" algo que le puede frustrar mucho en un futuro, cuando las cosas no salgan tal como las ha planeado, lo cual tiene una repercusión directa en este.

Para que la que la comunicación sea más efectiva debe ser continua, bidireccional, significativa y ha de estar enfocada en el aprendizaje del alumno y cuanto más chico empiecen, más interiorizado lo tendrán.

Esta acción conjunta de los dos contextos principales del niño conducirá a su estimulación, aumentando del autoestima, rendimiento escolar y capacidades actitudinales. En efecto, el reparto de responsabilidades es fundamental para el desarrollo del autoconcepto del niño en edades tempranas. También, cómo no, para la mejora de sus habilidades sociales, psicomotrices, creativas y cognitivas.

Pero es que, además, una buena interacción familia escuela proporciona al niño una percepción de acercamiento y proximidad que consigue que cargue el ámbito escolar de atributos de familiaridad y seguridad. Todo lo cual, de nuevo, llena de confianza al niño.

¿Qué desencuentro hay entre FAMILIAS-ESCUELAS?

Hubo un tiempo en el que empezó a considerarse que las responsabilidades de familia y escuela eran distintas. Los padres se encargaban de los modales, mientras que la responsabilidad de los maestros era la enseñanza de la parte académica.

Progenitores y profesores empezaron a perseguir objetivos independientes, lo que en ocasiones derivaba en conflictos. Entre las causas del desencuentro encontramos dos tipos, los debidos a la familia o los que se deben a la escuela.

Causas debidas a la familia:

  • La comodidad. Existen padres y madres que consideran que las reuniones con el profesorado son una molestia que no les aporta nada.
  • Inhibición. Muchos padres y madres no quieren colaborar porque piensan que no les incumben los temas escolares.
  • Incapacidad e Inseguridad. Algunos de los padres y madres que no colaboran es porque creen que no tienen una preparación adecuada para hacerlo.
  • Ignorancia. Algunos padres no saben en qué pueden colaborar.
  • Falta de tiempo. Muchos padres no pueden colaborar porque sus ocupaciones se lo impiden.
  • Indiferencia o Desinterés.

Causas debidas a la escuela.

  • Concepto autosuficiente. El profesor cree que la familia no tiene nada que aportarle.
  • Protagonismo. Muchos maestros tienen miedo, de perder el protagonismo educativo ante la presencia de los padres y madres.
  • Falta de tiempo.
  • Experiencias negativas. Los profesores que han tenido experiencias negativas no quieren volver a colaborar con las familias.

RESPONSABILIDAD CONJUNTA

Hoy día tiene una gran importancia la idea de que familia y escuela comparten responsabilidades en la educación de la infancia. Ambos desempeñan un rol fundamental en el desarrollo del autoconcepto, las habilidades sociales, el desarrollo moral, la psicomotricidad, la creatividad y habilidades cognitivas como la resolución de problemas. Teniendo en cuenta estas influencias entrelazadas de familia y escuela, y las consecuencias negativas que parecen derivarse de la excesiva discontinuidad entre ambos contextos la colaboración entre padres y maestros se revela como de una importancia fundamental.

Cabe destacar la necesidad educativa de fomentar la cooperación entre las familias y los centros escolares, resaltando los efectos positivos que supone tanto para los alumnos como para los padres, profesores, el centro escolar y la comunidad en la que éste se asienta.
Somos conscientes de que los primeros años de vida, junto a otras instancias socializadoras, la familia es la principal. Pero si partimos de la idea de que el ambiente familiar y escolar son los que más influyen en el desarrollo del individuo y su proceso educativo, es fundamental la colaboración entre todos aquellos que intervienen en el desarrollo y formación del niño. Entre la escuela y la familia debe existir una estrecha comunicación para lograr una visión globalizada y completa del alumno, eliminando en la medida de lo posible discrepancias y antagonismos a favor de la unificación de criterios de actuación y apoyo mutuo, ya que por derecho y por deber tienen fuertes competencias educativas y necesariamente han de estar coordinados. Si un profesor quiere educar, no tiene más remedio que contar con los padres y colaborar con ellos, para que los esfuerzos que él realiza en las horas de clase tengan continuidad en el resto del día.

Es necesario que los dos ambientes básicos para el niño y la niña, casa y escuela guarden una estrecha coordinación; ya que manteniendo una buena relación con la familia, existe más confianza entre padres y profesores: se comunican inquietudes, dudas, deseos sobre el comportamiento y evolución del hijo, y así los docentes conocen mejor a cada niño y pueden ayudarle.

Entre las tareas que consideramos conjuntas en los ámbitos educativo y familia encontramos:

  • Transmisión de normas, valores y costumbres. Se trata de una tarea conjunta que vincula al alumnado con su entorno.
  • Desarrollo de habilidades personales y sociales de autonomía. Este es un aspecto fundamental para la integración familiar y social y para fomentar el desarrollo integral del alumnado.
  • Enseñanza de conocimientos y estrategias educativas. Aunque se asigna a la escuela esta tarea fundamentalmente, la familia asume el deber de enseñar a sus hijos hábitos de estudio, ampliar conocimientos y aficionarles a la lectura.
  • Enseñanza de responsabilidades. Implica la aceptación de normas de comportamiento establecidas, normas de limpieza y orden, pequeñas responsabilidades familiares y escolares, etc.

En nuestra sociedad, la educación familiar y escolar juegan un papel determinante en la adquisición de aprendizajes, comportamientos y conductas del niño, por lo que ambos colectivos deberían tener responsabilidades y roles complementarios.

Las siguientes recomendaciones te ayudarán a lograr una relación más fluida y provechosa con los profesores de tus hijos.

  • Valora al profesor y su trabajo. Confía en sus criterios y escucha y respeta sus decisiones porque el docente es quien mejor conoce las claves del proceso de enseñanza-aprendizaje.
  • Mantén una comunicación frecuente. Acude siempre que el profesor convoque una reunión y, a ser posible, dos veces por curso. Es mejor no esperar a que surjan problemas para tratarlos: si mantienes la comunicación, podréis atajarlos juntos con antelación.
  • Recurre a su ayuda ante problemas educativos o conflictos. Si surgen dificultades, problemas de comportamiento o conflictos, o si tienes alguna duda que necesitas solucionar, solicita un encuentro con el docente para tratar el tema, antes de tomar una decisión basada solo en la versión de tu hijo.
  • No pongas en duda la autoridad del docente. Tu hijo debe comprender que, en el ámbito escolar, su referencia es el profesor y siempre debe tratarle con consideración y aceptar sus decisiones e indicaciones. Para ello, los primeros que deben respetar al docente son los padres, especialmente frente a sus hijos.
  • Habla con tus hijos sobre el colegio. Presta atención a la actitud del niño respecto al centro escolar, el estudio, las diferentes asignaturas etc. Es importante que estés al tanto de cómo avanza y si tiene algún problema concreto, ya sea académico o de comportamiento.
  • Refuerza el aprendizaje. El trabajo en casa debe complementar el realizado en el centro escolar, no solo en cuanto al estudio y los deberes, sino también en la formación en valores, el interés por la cultura y el arte o el fomento de la lectura. Para ello, mantén en casa un ambiente educativo que fomente la curiosidad y la creatividad.
  • Participa en actividades del centro escolar. Trata de participar siempre que se requiera la colaboración de los padres en celebraciones o actos especiales que se desarrollan en el entorno escolar. Al implicarte, apoyarás la labor del centro y de los profesores y mostrarás al niño que valoras su trabajo en el colegio.

CINCO RECOMENDACIONES PARA LOS PROFESORES

Es importante la aportación de los docentes para lograr una mejor comunicación con la familia del alumno. Para ello, es recomendable aplicar las siguientes pautas:

  • Escucha a los padres. Ellos conocen al niño, sus particularidades y sus reacciones cuando llega a casa tras el colegio. Aconséjales al respecto con tacto, pero siempre escucha primero. Considéralos tus aliados y hazles ver que son parte esencial en la educación del niño.
  • Pregunta e muestra interés. Pregunta a los padres por cambios de comportamiento, problemas en casa que puedan motivar un descenso en el rendimiento escolar o actitudes que puedan diferir en el ámbito familiar y escolar. Cuanta más información tengas sobre el niño, mejor podrás atender a sus necesidades.
  • Personaliza las reuniones y comunicaciones. No te limites a informar de forma general sobre los avances en el aula, sé concreto y prepárate antes de reunirte o enviar una nota informativa para ofrecer a los padres la mayor cantidad posible de datos sobre su hijo, sus dificultades y fortalezas personales.
  • Da todas las explicaciones necesarias. Cuando tengas un encuentro con los padres, habla con sencillez y no tengas miedo de extenderte en dar indicaciones, comentar el comportamiento del niño en el aula o describir los aspectos en los que puede mejorar. Atiende a todas sus preguntas y trata de que la charla sea lo más didáctica posible para que los padres sepan cómo actuar para solucionar los problemas a los que puede enfrentarse su hijo.
  • Habla con los padres también para reforzar comportamientos. No limites las comunicaciones con la familia a las situaciones problemáticas o negativas; es recomendable que también destaques los aspectos positivos o las mejoras que ha experimentado el niño.

Colaboración Padres-Profesores en Educación Infantil

La familia juega un papel primordial en el desarrollo social. Es dentro de ella donde se establecen los primeros vínculos emocionales, los primeros aprendizajes sociales básicos: lenguaje, valores, control de la impulsividad, conductas prosociales... La familia va a ser, por tanto, el primer agente de socialización, va a actuar de llave de apertura del niño/a a otros contextos. Son los padres los que deciden en qué momento van a incorporar a sus hijos a la Escuela Infantil, seleccionando el tipo de centro donde irá, son a su vez los que hacen posible los primeros contactos sociales del niño con personas ajenas a su familia.

Los padres son protagonistas fundamentales en el proceso educativo de sus hijos. La colaboración con ellos debe garantizarse desde todas y cada una de las funciones que se dan en la escuela infantil. Para ello, debemos establecer unos cauces de información y participación que proporcionen un intercambio sobre las actitudes y progresos de los niños/as, y una mutua transmisión de información sobre los acontecimientos cotidianos. Una buena interacción entre la escuela y la familia, ofrece al niño/a una imagen de acercamiento y relación entre las personas que se ocupan de su cuidado y otorga al ámbito escolar un carácter de familiaridad y seguridad.

Cada relación familia-educador es única y original, por eso ha de ser individualizada, debe estar basada en la confianza y en el conocimiento mutuo.

En resumen, con este blog quiero destacar la importancia de la labor conjunta padres y madres junto al profesorado en la educación de los niños y niñas para que el alumno crezca con los mismos valores y entienda la manera de actuar correcta y no dependiendo del entorno en que se encuentre.

De ahí, que en Wonderland le demos tanta importancia a la comunicación constante con los padres sea para corregir o para reforzar positivamente una conducta.