Inicio Blog Chupete o dedito... ¿Qué es mejor?

En esta nueva entrada hablaremos un poco sobre las ventajas y desventajas que tienen tanto el uso del chupete como el dedito. Como ya sabemos el instinto de succión, que se transmite en los genes, es imprescindible para la alimentación del recién nacido, pero también es una fuente de placer para él, un recurso para tranquilizarse y una herramienta muy eficaz para explorar el mundo.

SI AL BEBÉ LE GUSTA CHUPARSE EL DEDO...

Algunos ya lo hacen dentro del útero y así se ha podido demostrar en varias ecografías de la semana 20 en adelante. Alrededor del mes de vida, por el instinto de succión todos los bebés se llevan la mano a la boca. Al principio, cuando el bebé tiene hambre, se llevará el puño cerrado, pero luego al explorar encontrará su dedito y por este motivo descubre esa fuente de placer. Sabe que lo tiene siempre disponible, a buena temperatura, que no se pierde de noche en la cuna ni se cae al suelo, que le ofrece sabores, le ayuda a relajarse y a esperar cuando tiene hambre, le alivia si siente algún dolor, le permite conciliar el sueño y le tranquiliza en los despertares, calma su llanto, le reconforta cuando se siente solo... Y todo, de forma autónoma.

Esta gran ventaja es precisamente su mayor inconveniente. La necesidad de chupar disminuye hacia los 8 meses y el hábito de llevarse el dedo a la boca debería desaparecer entre los 18-24 meses. Pero ¿quién renuncia voluntariamente a algo que satisface y está al alcance? Esta es la razón de que el número de niños con necesidades de ortodoncia sea mayor entre los que se chupan el dedo que entre los que usan chupete.

SI EL CHUPETE ES SU MEJOR AMIGO...

Una de las grandes ventajas de este accesorio es que, llegado el día, su hábito se puede cortar, con más o menos lágrimas por parte del niño, todo hay que decirlo. Son muchos los pediatras y especialistas en salud infantil que recomiendan el uso de este objeto (por supuesto, hablamos de chupetes homologados, que cumplan las normas de seguridad y diseñados para garantizar un correcto desarrollo dental ). Una investigación publicada en la revista British Medical Journal puso de manifiesto que el uso del chupete durante el sueño, entre los 2 y los 12 meses de vida, reduce notablemente el riesgo de que el bebé sufra el síndrome de muerte súbita del lactante (la succión del chupete y tragar mantiene abiertas las vías respiratorias).

Al igual que pasa con el dedito, el chupete le reconforta y le entretiene, calma su ansiedad, le ayuda a dormir y le aporta seguridad cuando tú no estás. Pero, a diferencia del dedo, el chupete es un objeto ajeno del que, cumplida su misión, se puede prescindir. Ofréceselo cuando la lactancia materna esté bien instaurada y, aunque será él quien decida, dáselo también si notas que se chupa el dedo. Hacia los 8 meses sería conveniente empezar a limitar su uso para dormir y cuando él lo reclame. A los 12 meses ha de disponer de él solo para dormir, ya que su uso continuado retrasa el habla y reduce el apetito. Entre los 18 y los 24 meses debería, con ayuda de tu parte, poder abandonar el hábito.

Desde Wonderland recomendamos a los papás que, en la medida de lo posible, induzcan a sus pequeños mejor al uso del chupete en vez del dedito, para evitar problemas dentales, además son mayores las ventajas como habéis podido comprobar anteriormente. Nosotros, además, como hacemos que el pequeño esté entretenido en todo momento y tan concentrados en sus actividades, que la mayoría de las veces ni siquiera recuerdan que no llevan el chupete en la boca. Normalmente se los solemos guardar con sus cositas, y solo recurrimos a él a las horas de las siestas. ¡¡Os podemos asegurar que ni se acuerdan!!